Pascuas
Curesma, carnaval.
Via crucis.
Comerse la vida (resucitar en un huevo de chocolate)
Primera estación: No uno. Varios. Todos condenados a muerte. Por desnutrición, por abandono, por balas. Por desaparición lenta y progresiva del ser, indiferencia mediante
Segunda estación: La herencia ¿Cuántos años? ¿Cinco?¿Quinientos?¿Cuándo empezó? La deuda externa, la estupidización de la gente. Esas cosas. La mujer (cuarenta años, bien llevados, dueña de algunas hectáreas en Pergamino, le pregunta al periodista de Página 12 ¿Porqué yo no puedo tener una cuatro por cuatro?
Tercera estación: ¿Te acordás de Alfonsín?¿De Angeloz?¿De Bordón?¿De
Cuarta estación: En España, Zapatero y Rajoy. Acá, Cristina. Con el dinero de
Quin
Sexta estación: Dice Verónica que si no se da marcha atrás con la suba del Dolar Blue & Red & White & Bars & Stars, no vale la pena ir a trabajar al campo. Otra Verónica dice que así no va a llegar a tiempo a su casa desde Mar del Plata. Mañana tiene que trabajar. Otra Verónica, que no viajó a Mar del Plata, ni fue a misa, y que tiene unos treinta años, piensa que ya pasaron treinta y siete años. No se pregunta por mamá y papá.
Séptima estación: Te acordás de cabezas. ¿Cabezas?
Octava estación: No se preocupen. Todo va mejor con Coca Cola. Y PDVSA. Y Francisco.
Novena estación: No hay dos sin tres. Cada uno sabe donde le pica. Habrá que pararse de nuevo y rascarse.
Décima estación: El corralito. Pero antes la tablita, el rodrigazo, el peso argentino, el austral, al peso ley 18188, el argentino oro. ¿Dieciséis ceros?¿En que orden?
Undécima estación: La primaria, la televisión, los sindicatos. Un clavo saca otro clavo.
Decimoquinta estación: Mañana será otro día. Lo que pase en el medio no importa.
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