miércoles, 21 de noviembre de 2012

"El camino del otoño" de Marcelo Scalona:, el domingo 2 de Diciembre, por "El Cairo", a las 19:30

Ante la inminencia del fin del mundo, un bibliotecario debe cumplir la misión de elegir los mejores trescientos libros de la historia universal de la literatura. Así se teje una trama ingeniosa que con gran pericia narrativa cuestiona y denuncia los fundamentos de todo intento por establecer límites dentro de la cultura.

 Dice Marcelo: "(...)A los que les gustó EL PORTADOR, hay una intertextualidad importante con EL CAMINO… que podría ser la novela que está escribiendo Pereda, aunque lo que sí es seguro, que los dos personajes que lo acompañan alrededor de Entre Ríos, Tesalio y Giovanni, son los protagónicos de El Camino del Otoño.-  Bueno… ahí están, si alguno los quiere, me avisa… Marce"

Dice Angélica:

Y todavía hay quienes hablan de la muerte del libro, hágame el favor. Siempre habrá quien alargue la mano con una mezcla de temor reverencial (eso que los angloparlantes llaman awe) y expectativa amorosa hacia el estante en el que los libros nos muestran el lomo como quien nos pone un señuelo luminoso, perfumado, insinuante. Para la falta que nos hace. Pero si nos basta con verlos allí, esperando, murmurantes, ocultando mundos impensables, sabores nunca antes gustados por nadie, mujeres y hombres que se nos agarrarán al corazón para ya nunca soltarlo. Vamos hacia la primavera, como sostiene Luiggino, porque El Camino del Otoño es un libro acerca de los libros. Es varias otras cosas también, por supuesto, como suelen ser los libros que nos hacen señas desde la librería, la biblioteca o las manos del tipo que va sentado a nuestro lado en el bondi. No importa desde donde, la cosa es que estén allí. Y este libro de Marcelo Scalona de lo que habla, es precisamente de eso. Yo no alcanzo a saber qué página de qué libro estoy leyendo, porque Tesalio Feijóo se ocupa de que yo recuerde todos los libros que se han escrito desde que la humanidad descubrió un trazo (en la arcilla fresca, el papiro, el cielo, la arena, donde fuere) era más importante que una flecha con arco y todo. ¿Cómo puedo recordarlos si no los he leído a todos? Mi Dios, ni siquiera he leído todos los libros que Borges leyó, todos los libros que Virginia Woolf comentó, todos los libros que la Iglesia puso alguna vez en el índex, todos los libros que Hitler quemó, todos los libros que Rebecca Stiller imaginó. Supongo que puedo hacerlo porque en las páginas de Scalona están vivos todos los libros que han existido, existen y existirán ( "Los libros no son cosas, son personas" - dice Feijóo en un alto de El Camino del Otoño, y siguen- "Son más que personas, son mundos llenos de personas") gracias a que también están vivos sus personajes, empezando por Tesalio Feijóo , terminando por John Upcush y pasando por Ludmila y Luiggino y las hermana Chiara y hasta los funcionarios y los espías y los canas. Queda dicho que una vez leído El Camino del Otoño quedé incapacitada por siempre jamás para decir nada sobre un libro cualquiera: todos los libros son admirables, aun los que no lo son. Y esté, es de los que sí lo son.

Angélica Gorodischer Agosto 1995


Saga, intertexto, intratexto, correlato, ensayo, complemento, tal vez ninguna de estas cosa o totas juntas en alguna medida, "El camino del otoño" está de nuevo al alcance de quien lo transite.¿Qué más se puede pedir?

Monólogo Vejanco - Roberto Salvia



Al abrirse el telón, cámara negra sobre la escena, en el centro, como únicos muebles, un sillón de mimbre con cubre respaldo tejido al crochet, una mesa ratona y dos sillas de paja haciendo juego.
Desde el fondo, vistiendo con ropa sencilla y un poco holgada, apoyándose en un bastón, aparece Octavio, hombre bajito y desgarbado, trae en su mano derecha una jaula de un metro y medio de largo. Al sentarse en el medo del escenario saca de entre sus ropas un marco de bronce, que apoya sobre la mesa, Una suave luz ilumina la escena.

OCTAVIO
 (Mirando al público)
En este momento vengo de cobrar mi abultada jubilación de mil ochocientos cincuenta pesos. Quien me paga esto es el gobierno, que me dice la verdad y cuida mi honorable vejez. De gasto diario tengo doce pesos, que según el INDEC es lo que yo tendría que gastar para alimentarme. Doce pesos a treinta días suman trescientos sesenta pesos. A mil ochocientos cincuenta pesos le restamos trescientos sesenta terminaría ahorrando mil cuatrocientos noventa pesos, descartando manjares abusivos. (PAUSA) Una abuela genovesa y un abuelo catalán de mi familia siempre me decían que había que guardar para la vejez. En base a ese consejo guardo para el día de mañana. Al mediodía almuerzo un plato de arroz hervido mezclado con lechuga y una siestita. A la noche, dos o tres matecitos y, un pedazo de galleta y a la cama.
(Silencio. Octavio se para, revisa sus bolsillos dejando al descubierto el forro de los mismos) (Al espectador)
Dígname la verdad. ¿No le parezco una figura grotesca? Así me siento yo desde hace dos meses. Sesenta días con sus correspondientes noches. Cuando me acuesto me despierto  a cada rato y camino buscando los mil cuatrocientos noventa pesos que estoy convencido los tengo guardados en algún lado. Luz, gas, municipal y televisión no pago. De eso se encarga mi hermana que vive en la habitación de al lado. Esta casa es herencia de nuestros padres y la compartimos. Los dos somos mayorcitos de edad y solterones.
Yo voy a cumplir setenta y ocho años y ella sesenta y  uno, con  novio, caderas anchas y tetas puntiagudas. Así es. De mi no voy a hablar porque al mirarme en bolas frente al espejo me doy lástima  (pausa breve) falta total de mercadería.
¡Ah! ¿Saben una cosa? Me olvidé de decir algo muy importante de mi vida particular. A esta edad voy mensualmente a tomar clases de literatura. Cuatro clases mensuales de dos horas cada una a ciento veinte pesos. Más un mate cocido que suma doce pesos incluida la propina del mozo. Razonando hace un total de ciento sesenta y ocho pesos. Cerrando (pausa) cobro mil ochocientos cincuenta, gasto trecientos sesenta en comida y me desasno por ciento sesenta y ocho. Si no me equivoco  tendría que tener guardados mil trescientos veintidós pesos. He revisado la casa de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, los libros de la biblioteca uno por uno, también la ropa del placar  he metido la mano en todos los bolsillos. (Hace un gesto) pero los mil trescientos veintidós pesos no aparecen (piensa) ¿me los habré comido sin tener hambre? Al cine no voy y al teatro tampoco.

(pausa) (al publico)

Señores, por favor, ¿serian tan amables como para ayudarme a salir de este matete? A lo mejor entre todos podemos. Dándonos la mano formaríamos una cadena Yo solo no lo voy a lograr (pausa) (enojado, dolorido) ¡cómo nos han cagado la vida estos hijos de mil puta! (un poco más calmado)  Señora, señorita, (rogando) por favor, por favor no se levanten del asiento (calmado) El termino que ustedes acaban de oír figura en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia. Bien empleado no es ofensivo, nos ofenden aquellos que nos gobiernan. Tienen la obligación de gobernar, no de robar. A nosotros los viejos no aprendieron a respetarnos. (Enojado) ¡Son unos mal paridos! (haciendo un gesto) no hablemos más de este tema. Me hace mucho daño.

(Detrás del actor, a la derecha del espectador, comienza a iluminarse una ventana)
(Octavio toma el marco de arriba de la mesa)

La foto que ustedes ven dentro de este marco es la del bello inquilino, que hasta hace unos días vivía dentro de esta jaula (la señala con un gesto)
Digo vivía, porque hace una semana que falta de casa. Una tarde salí a hacer unas compras y sin darme cuenta dejé la ventana abierta.
Tengo que contarles cómo llegó a casa. Fue casi al amanecer  (recordando) alcancé a ver una tormenta muy fuerte que venía del lado del sur (pausa) Él estaba paradito en sobre el dintel de la ventana mirando hacia abajo (recuerda, sonríe, de repente se le borra la sonrisa) la que estaba muerta en el suelo era su madre. Era un pichón recién nacido que temblaba de frío. Lo tomé entre mis manos (se mira las manos) un viento huracanado acompañado de fuerte lluvia  desgajaba los árboles del jardín. Como pude serré la ventana y poniéndole llave a mi cuarto le dejé y corrí a buscarle comida. De vuelta bajé al sótano a buscar esta hermosa jaula de bronce, herencia de mis bisabuelos. Adquirida en una de esas casas de compraventa, junto a la cama matrimonial también de bronce que las mujeres de la casa dos veces por año limpiaban y lustraban. Puteadas de por medio. Yo era una criatura y a ese recuerdo simpático no lo puedo olvidar. Siguiendo con el cuento, el primer día, al abrir la puerta, lo encuentro paradito sobre esta mesa (acaricia la mesa) que en este momento estoy  acariciando con cierta emoción.
Por las mañanas, apenas amanecía, él me lo hacía notar con la perfección de su trino. Primero le limpiaba la jaula. Agua fresca y alpiste nuevo.
Cumplida esta misión lo depositaba sobre la mesa para charlar entre los dos, mientras yo tomaba mi desayuno. Lo convidaba con una rodaja de manzana o un gajo de naranja, colocándoselo dentro de su casita. Al poner mi dedo dentro de la jaula, se posaba sobre él picoteándomelo. Un día tomé la determinación de encerrarnos por dentro los dos solos. Le abrí la puerta de oro de su reja y lo dejé libre para ver qué hacía. Salió como enloquecido girando por este enorme cuarto. (Recordando) .Volaba y volaba (silencio). Lo dejé toda una tarde canturreando y marcando los muebles con sus caquitas, mientras un rayo de luz que se colaba por esas rendijas marcaba en el aire, como copos de nieve, la caída del recambio de sus plumas. Después de esa noche tormentosa, tras la torpe caída de su vuelo sin experiencia, estaba aprendiendo a volar. Volviendo al tema central del cual estaba hablando, también aprendí otra cosa: a no cerrarle más la puerta de su jaula. Entraba y salía a sus anchas. En un plato sobre la mesa tenía servida su fruta diaria. A cada rato (tocándose el hombro) estaba parado encima de mis hombros. La experiencia de vida me ha enseñado que la mancomunión entre el hombre y el pájaro es perfecta, siempre y cuando éste se lo permita. (Sentencioso) A veces más placentera que con un cristiano. ¿Saben por qué uso bastón? Fue después de una caída torpe. Rotura de menisco. No me recuperé más. Sucedió al entrar en casa, cuando quise patear una lata vacía en la vereda. Con el tiempo, aprendía a comprender y respetar mis dolores. Que nadie está exento. Si mal no recuerdo hay un proverbio chino que dice (recita) quien teme sufrir, ya sufre al temer. Entre nosotros, la felicidad no la tenemos ni existe. La deseamos, nada más. (Pausa) y entender que cuando la enfermedad llega, es porque nos pertenece, no hay necesidad de lamentarse. Hace un tiempo que vivo en soledad casi completa. Salvo la excepción de la llegada de mi amigo, que no pierdo la esperanza de que vuelva a nuestro hogar (dice estas últimas tres palabras con dulzura). La vista se me ha acortado mucho y cada día veo menos televisión. De esto último no me arrepiento, dada la vulgaridad de los programas que pasan hoy en día (pausa). Las únicas series que me entretienen son las de animales y cuando muestran paisajes de otras partes y cómo viven en otros lados.
Aprendo. (Con picardía) Y me ayuda a viajar sin  gastar plata. Me entretengo cuando llega mi hermana; ella no viene a conversar. ¡A monologar! Es un disco rallado. Y encima pisotea las palabras, una encima de la otra, que se transforman, como dijo “shaquespeare” por boca de Macbeth (recuerda, se prepara, recita como en un teatro) ruido, sonido, y furia. (Pausa) señoras y señores (entusiasmado) ¿ustedes no escuchan un golpeteo? ¡Es a mis espaldas!

(Octavio se da vuelta, queda de espaldas al público, mirando hacia la ventana que se ilumina con un tono celeste rosáceo Tira enloquecido su bastón y avanza con paso seguro para abrir la ventana, se escucha un golpeteo, al principio apenas perceptible pero que va in crescendo, girando en el medio del escenario, al ritmo de los golpes que son cada vez mas continuados y se van fundiendo con los latidos del corazón  de Octavio, que cabalga taquicárdicamente hasta estallarle y funde con el piiiiiip de un electrocardiógrafo al parase el latido, Octavio cae muerto sobre la jaula vacía)


TELÓN

lunes, 19 de noviembre de 2012

¡Librazo!

El miércoles 28 de noviembre, a las 19:00 hs., en Espacio Cultural Universitario (San Martín 750, Rosario), Editorial El Ombú Bonsai invita a la presentación del libro de poesía “Para todos los hombres el sur”. Van a participar de la misma Nicolás Manzi por la editorial y la Prof. Temis Pescara

Alerta Meteorológica: Un Ciclón en Rosario. Continúa CICLOTIMIA con su fecha 36!




ALERTA CAMARADAS: ¡La revolución es más posible que nunca! Obtenido el permiso de mi vieja, vamos a realizar un GRAN CICLOTIMA este martes 20 de Noviembre. Debatida la cuestión, se resuelve:
Art.1 Créase el evento Ciclotimia F36 en Jekyll & Hyde, acto simbólico de nuestro pase a la resistencia, 25 ohms. (voto en disidencia del camarada Castro L.)
Art.2 Se designará a los Subcomandantes FLORENICA GIUSTI, MATIAS MAGLIANO, EUGENIO PREVIGLIANO y ALEJANDRA RODENAS para las actividades poéticas y odas al líder.

(voto en disidencia de la camarada Arístides)
Art.3 Munidos de las armas musicales necesarias, escucharemos a dos ensambles que se las traen: STELLA TRÍO CONCERT + ISIDRO LLONCH y Sus Cetáceos Tropicales. (voto en disidencia del camarada Simeoni)
Art.4 para entretener a las masas, veremos el Cortometraje: LA ROSA AZUL, del genial director, músico y astrólogo chaco-santiagueño PABLO LATORRE.
Art.5 Como ejemplo de solidaridad, se procederá al sorteo de LIBROS, CIDÍS, PORRONES y la infaltable NARAMPOL (pomelo rosé), gentileza de EPUYEN ALMACÉN DE MUEBLES (voto en disidencia de los camaradas Arístides, Castro L. y Simeoni)
Art.6 Nada más. GANCIA O MUERTE !

VENCEREMOS!!!
 
 
 
 
 
 

viernes, 16 de noviembre de 2012

¡Excelente concurso de RIO ANCHO! ¡A escribir!

I Concurso de Narrativa Río Ancho Edici ones
Fundamento
Este Concurso se inscribe en el marco de la política de la Cooperativa de Trabajo Río Ancho Ediciones Ltda. que, desde su creación, trabaja para consolidarse como una alternativa para que autores con obras valiosas consigan ingresar al mercado editorial.

Bases
1- Podrán participar personas mayores de 18 años que cuenten al menos con un año de residencia en la provincia de Santa Fe, independientemente de su origen o nacionalidad. No podrán participar miembros de la editorial, ni familiares de los mismos.
2- Cada participante podrá presentar un libro de cuentos o un libro de novela de tema libre en ambos casos. La extensión de los mismos será no menor a las 50 (cincuenta) páginas ni mayor a las 100 (cien) páginas. En ambas categorías, las obras deberán ser originales, inéditas, no premiadas en concursos anteriores y escritas en idioma castellano.
3- Las obras se entregarán en 3 (tres) ejemplares iguales, espiralados, escritos en una sola carilla sobre papel formato A4,con márgenes de 2,5 cm, utilizando tipografía Times New Roman, con cuerpo 12, en interlineado 1,5.
4- Se presentarán en sobre o caja cerrada en cuya cara exterior, además del destinatario, deberá constar: “1er Concurso de Narrativa Río Ancho Ediciones, edición 2013”. Dentro de ese sobre se incluirá otro, en cuyo exterior deberá figurar el título de la obra y el seudónimo elegido; y en su interior contendrá una hoja con el mismo seudónimo, el nombre completo del autor, domicilio, teléfono y correo electrónico. También se incluirá en ese sobre una fotocopia del DNI donde se constate el último domicilio registrado, y una declaración jurada firmada por el autor donde conste que la obra es propia, original e inédita y no ha sido presentada a ningún otro concurso que esté pendiente de resolución en el momento de la presentación a éste. Se podrá participar en este concurso con una sola obra por autor.
5- El plazo para la recepción de las obras será desde el 1 de diciembre de 2012 hasta el 28 de febrero de 2013, momento a partir del cual sólo entrarán en concurso aquéllas recibidas por correo, matasellados hasta la citada fecha. Serán presentadas o enviadas a la librería “El Juguete Rabioso”, sita en Mendoza 784, (2000) Rosario.
6- El Jurado seleccionará una obra como ganadora del Concurso en cada categoría, cuyo premio consistirá en la publicación del libro por parte de Río Ancho Ediciones, dentro de la colección Contracorriente. El Jurado, asimismo,podrá otorgar hasta dos menciones en cada categoría, que se reconocerán con sendos diplomas de honor.
7- El Jurado estará integrado por los escritores Alma Maritano, Marcelo Scalona y Pablo Ramos, y emitirá su fallo inapelable durante el primer semestre de 2013. Para todos los asuntos, dudas o discrepancias no previstos o que susciten estas bases, la Editorial se reserva el derecho de resolverlos a su leal criterio.
8- El Concurso no podrá ser declarado desierto ni distribuido entre dos o más concursantes.
9- Por la sola participación en este Concurso los/las ganadores/as y los/las mencionados/as cederán sus derechos de publicación a Río Ancho Ediciones por la primera edición de la obra.
10- Las obras no seleccionadas no se devolverán. Luego del fallo del Jurado serán destruidas.
11- El autor de la obra presentada al Concurso se obliga a indemnizar a la Cooperativa de Trabajo Río Ancho Ediciones Ltda. por los daños y perjuicios que le pudiera ocasionar al falsear cualquiera de los datos expresados en la declaración jurada mencionada en el punto 4.
12- La participación en este Concurso presupone la aceptación total de estas bases.
13- Ante cualquier duda o consulta comunicarse con contacto@rioanchoediciones.com.ar
w w w. r i o a n c h o e d i c i o n e s . c o m . a r

jueves, 15 de noviembre de 2012

Feria de libros leídos


Sonidos de Rosaio y Salón de Lectura

Salón de Lectura

http://www.sonidosderosario.com.ar/salon-de-lectura.php 

Poemas, cuentos, crónicas, fragmentos de novela
y ensayos leídos por sus propios autores.

Si la escritura literaria se produce hoy, en términos generales, para ser leída en silencio, al lector no le cabe una tarea fácil: debe recrear, construir, a partir de los signos escritos, una voz imaginaria, muchas veces coral, siempre utópica. De ahí proviene parte de la dificultad y de la riqueza que acarrean los buenos textos: nadie los interpreta por uno, como sucede, para dar un ejemplo, en la canción popular.
Salón de lectura se propone hacer escuchar interpretaciones de esa dimensión virtual de los textos escritos. Conscientes de que son sólo algunas entre las posibles, quisimos divulgar las que provienen de los mismos autores, actores que no tienen más ni menos derechos sobre los textos que sus lectores-escuchas.
Creación y producción: Diego Colomba, Adolfo Corts.
Grabación, edición y masterización: Adolfo Corts.

Autores de Rosario

lunes, 12 de noviembre de 2012

Praga de noche (El Ombú bBonsai - 2012) es un libro entrañable.
Con una voz propia bien balanceada y gran oficio narrativo, Javier Núñez nos lleva de la mano a pasear por un maravilloso univeso compuesto por diez cuentos: Osvaldo, Siempre es domingo ciuando llueve, El último milagro, Desvelo, Más o menos así, La noche de los cantores, Praga de noche, El otro Buendía, Todos los ciegos se parecen, Un bien para la humanidad.
El recuerdo, , el deseo desesperado, el pasado revisitado desde muchos puertos por distintos personajes están siempre presente en las páginas de Praga de noche y se parecen al gofrado oscuro de la tapa del libro.
Se destacan,sin desmerecer en absoluto a  los otros cuentos, "Praga de noche", "La noche de los cantores" y "El otro Buendía", acaso el único relato que sacude con humor y cierta ternura el realismo fantástico y nocturno del libro.

"Ella me eperaba en el puente Carlos al amanecer. En realidad no me esperaba: estaba. No tiene sentido describirla. debería hacerlo como a la noche: todas se parecen pero nunca son iguales: O como a un río, que muta, se transfigura, avanza. Es siempre el mismo pero sin serlo nunca. Esa, acaso, sea una definiciónaceptable. Ella era un río."
(Praga de noche, pág. 88)



Javier publicó, además "La risa de los pájaros" (Ed. Ciudad Gótuca - 2009)

Editorial

Hay otra ciudad. Una ciudad a menos de una fracción de segundo, a una grieta, una fisura. Una ciudad escondida frente a nosotros. Una ciudad que los escritores conocen como la palma de su mano. Rosario, la ciudad textual.